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La tercera entrega ya había superado con creces tanto a la primera como a la segunda. Madurez por parte de Cruise, y más acción.
Aquí la fórmula vuelve a ser la misma. Su personaje no es tan egoísta, ni tan chulesco como en las dos primeras... sigue en la talla de la tercera parte.
En cuestión de acción podría ser incluso superior a cualquiera de las anteriores. La aparición de Jeremy Renner le ¨roba¨ protagonismo a Cruise en ese aspecto; aunque en géneral, el equipo de Cruise tiene mucho que dar, cada uno aporta lo suyo de forma correcta.
Su comienzo es muy divertido, y a partir de ahí es una constante emoción tras emoción, con un digno sentido de la espectacularidad y la tensión.
Una secuencia memorable como es la escalada del rascacielos en Dubaí, con el fin de llegar al servidor.
También la parte de Renner, cuando tiene que introducirse dentro del ¨super ordenador¨ mientras se recalienta al haberse desactivado los ventiladores de refrigeramiento.
En fin... tiene momentos asombrosos, llenos de suspense, de acción, de adrenalina... sin perder el ritmo, aunque a veces pueda parecer un poco larga, sobre todo si tienes prisa por verla. Es mejor hacerlo con paciencia y tranquilidad, disfrutando de todos sus momentos.

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